domingo, 27 de enero de 2019

Como siempre, maestro don Belosti, una maravilla de texto. Caminé por esas murallas y las circunvalé en bicicleta gracias a un negocio de alquiler que había al pié de ellas. Pasear por esas calles es una delicia especialmente en un domingo por la mañana cuando los habitantes salen en tropel. Busqué situarme allí para no pagar los abusivos precios de Florencia y por estar bien situado para cualquier incursión por la Toscana. Volveré llevando conmigo el texto para disfrutar una Lucca solo al alcance de los sabios.